jueves, 16 de abril de 2020

Fútbol 5: La muerte en botines.

En nuestro país proliferan las canchas de fútbol 5: desde el espacio improvisado con arcos de cono o montoncitos de ropa en cualquier parque, plaza o vereda ancha. Hasta la cancha profesional de pasto sintético  con bolitas de caucho, pantalla cronómetro-contador y lluvia a demanda de los consumidores. Diariamente, millones de personas juegan al fútbol 5. Y sea en pequeños poblados o grandes urbes, cada tarde, las canchas de alquiler o los espacios públicos se abarrotan de aficionados.
En apariencia, divertirse entre amigos desarrollando una actividad deportiva, es sano tanto para el físico como para el espíritu. Estamos de acuerdo en que la vida es más bella y plena cuando podemos, con cierta regularidad, compartir la actividad que nos gusta con seres queridos. Y más si esa actividad es deportiva.

Sin embargo, no todo es lo que parece. Este paraíso de diversión y amistad oculta una serpiente y un fruto maldito. Los mansos animales del edén no tardarán en mutar a fieras sedientas de sangre y cartílago. Luego de observar y experimentar diversos partidos de fútbol 5, estamos en condiciones de afirmar que este juego constituye un deporte de riesgo y que su escala de peligrosidad es elevadísima.
Esta afirmación, dolorosa para muchos, sorprendente para otros, se desprende de los siguientes riesgos que a continuación enumeramos:

  • Violencia verbal
  • Violencia física
  • Lesiones comunes
  • Lesiones extraordinarias
  • Muerte
Museo Nacional de Bellas Artes

Antes de continuar con la profundización de los argumentos, debemos aportar una definición importante para la comprobación de nuestra hipótesis. Según el Dr. Villanueva "los deportes de riesgo son aquellos que presentan un peligro real o aparente para la integridad física de quienes lo practican, incluso un riesgo vital". A nuestro parecer, la definición de Villanueva queda a mitad de camino, sobre todo si pensamos que en el fútbol 5 el peligro es "aparente".

Veamos el más "inofensivo" de los inconvenientes: la violencia verbal. En un "picadito" entre amigos, lo normal es imaginar personas divirtiéndose al pasarse el balón, convertir goles, competir sanamente. Grandes sonrisas cómplices entre amigos que disputan una apacible partida de fútbol 5. Nada más lejano que este retrato a la viva realidad. Los insultos no tardan en aflorar, sobre todo entre integrantes del mismo equipo. En el 85% de los casos, la violencia verbal intraequipo surge en conjunto que recibe el primer gol. La intensidad de la primera puteada es inversamente proporcional al tiempo que el adversario demoró en convertir. Por su parte, el equipo ganador comienza a insultar al jugador que menos abre el juego, el famoso "comilón".

Como venimos viendo, el germen de la violencia física es la violencia verbal. Y el origen de toda violencia es la frustración. Pocos son los minutos que tardan los equipos en abandonar el insulto interno para abocarse a insultar lisa y llanamente al contrincante. Una vez dado este paso,comienzan las primeras patadas disimuladas de quite de balón. La frecuencia y la intensidad de las mismas, va en aumento. Lo cual suele ocasionar lesiones en tobillos, pies, tibia y peroné, tendones. Es importantísimo aclarar, que todo esto fluye naturalmente debido a la falta de árbitro. Con la excusa de que "es entre amigos", se prescinde por completo de la presencia de referí (la inexistente regulación objetiva del desarrollo lúdico deviene en el crecimiento de la violencia). Es válido aclarar que con presencia de un juez, los equipos destinan algunos insultos para este liberando y aliviando la violencia inter-equipos. Dicho de otro modo, el enemigo común contribuye a la paz del juego.

Fútbol Mustafa Mohammed patada en la cara vídeo viral Irak vs ...

Como se menciona más arriba, la violencia surge de la frustración: "querer y no poder". Todos los aficionados al fútbol 5 son consumidores de fútbol televisivo. Siguen torneos locales, extranjeros, documentales de hazañas futbolísticas, etc. Pero su pasión no se agota en la observación del encuentro. Luego miran resúmenes y compendios de fechas que no lograron ver en vivo. Y más todavía, consumen programación que mediatiza la vida privada de los jugadores. Por lo tanto, muchos aficionados caen en la triste imitación del ídolo. Acuden a las canchas con los botines de Ronaldo o el peinado de Pipo Gorosito o los tatuajes de Lavezzi. Algunos se regodean con la calva de Pontirolli o las pecas de Úbeda. La imitación estética, si bien triste y ridícula, no contribuye a la frustración, tanto como la imitación de la destreza deportiva. Porque el problema no es comprarse el calzado de Lucas Castromán, el problema es querer jugar como Lucas Castromán. Y aquí vemos que nuestro mediocre aficionado, colmado hasta la náusea de horas de fútbol televisado y videojuegos, cree que puede ganar el partido él solo. Y, al comprobar sus carencias, comienza a golpear e intentar lastimar a los demás. Lo que se figura como un desinterés total por el prójimo, no es más que un profundo odio a sí mismo. Esta violencia, produce lesiones extraordinarias: ojos morados por puñetazos o patadas, contusiones craneales, moretones en brazos y torso. O sea, lesiones que no son producto del progreso normal del juego.
Ídolos: Claudio García | Racing Club - Sitio Oficial

No obstante, ninguna de estas problemáticas es significativa comparada con la muerte. La muerte, persigue sin descanso a los jugadores de fútbol 5. La obesidad, el sedentarismo, el alcoholismo, el tabaquismo, el uso y abuso de cocaína y el estrés son parte de la cotidianeidad del jugador de fútbol 5. ¿Por qué una persona que reúne algunos de los factores mencionados se arriesgaría a entrar a la cancha? ¿No saben, acaso, que se requiere de preparación física para someter el cuerpo a determinados niveles de exigencia? Este juego se presenta como un lobo con piel de cordero. Un juego entre amigos. Pero una vez comenzado el match, la fiera muestra sus colmillos.
Incalculable es la cifra de caídos en encuentros de esta índole. El infarto es moneda corriente a lo largo y ancho de las canchas del país. Decesos instantáneos, ambulancias que no llegan a tiempo. Basta con observar los titulares de los medios de comunicación para comprender la dimensión del problema: "84 muertes súbitas en el fúbol" (La Nación, 24/5/2012); "Un hombre falleció de un infarto mientras jugaba un partido de fútbol cinco"(El cinco de Rosario, 13/8/2018); "#muertesúbita:murió jugando al fútbol 5" (Informate Salta, 20/5/2016); "Muerte en una cancha de fútbol 5" (Venado 24, 15/2/2015). Y así podríamos continuar varias páginas, cosa que no haremos en este trabajo.
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Las personas que se arrojan a las canchas, donde poco importan la amistad, las reglas,el entrenamiento y la preparación, exponen su vida al extremo. Son menores las posibilidades de morir efectuando un salto bungee que jugando en los mini-estadios de puppy fútbol. Entonces, si los deportes de riesgo son aquellos que ponen en peligro la integridad de quienes los practican, el fútbol 5 es, sin dudas, uno de ellos.

Hasta aquí nuestra parte. No nos moviliza la denuncia ni el vapuleo gratuito, sino la toma de consciencia. No buscamos regodearnos en la desgracia ajena, sino evitar males innecesarios. No queremos más familias destruidas por este flagelo. Si no estás en condiciones, decí:   
   
NO AL FÚTBOL 5.

4 comentarios:

  1. Pos cuarentena se van a ver los peligros. Gente exitada y mal entrenada se calzara los cortos y se escuchara el crujir de los huesos

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  2. Sublime. Comparto totalmente. He tenido la desgracia de vivir una muerte en un partido de estas características.

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