El idioma se presento en esta época de mi vida como un inesperado interés. Los textos recorridos en el último tiempo reflotaron viejos conocimientos adquiridos en la niñez, y les pusieron entendimiento y razonamiento a lo que antes era un manojo de conceptos.
Así es como en un confuso episodio, me encontré divagando respecto a un interrogante del orden de la literatura. El tema en cuestión son los adjetivos comparativos y la cantidad de palabras que se necesitan en cada idioma para configurarlos. En ingles, como bien sabemos, se usa el sufijo “er” en el adjetivo para establecer la comparación. Misma situación con los superlativos, donde el agregado es “est”. En cambio, en el español necesitamos de una palabra adicional para cuantificar la comparación: mas, menos o igual. Así es como taller se traduce en más alto, es decir, en dos palabras.
Obviando la investigación del porque de esta situación, abordada ya por maravillosos académicos, planteo directamente la resolución a mi interrogante: como quedarían las palabras en castellano aplicando el método ingles. El sufijo de este idioma no fue de mi agrado: creo que Altoer o Alter no suenan bien. Ahora bien, el ius del latín se me presento ideal. Todos somos altius que Poni me genera satisfacción. Creo que es un desperdicio perdernos la oportunidad de enriquecer nuestro idioma, que tan corto de palabras ha quedado. Mientras en el diccionario de la RAE se pueden encontrar cerca de 88.000 palabras, se estima que hay 170.000 palabras actualmente en uso en el ingles.