“El destino a veces suele cumplirse
en pocos segundos, y aquello que durante años
se ha buscado nos lo concede un dichoso azar".
Die forelle significa "La trucha". Así se titula uno de los lieder (poemas con música) de Franz Schubert, compuesto en 1818. La letra de esta canción es un poema de Christian Schubart, poeta del romanticismo alemán, en la cual acontece lo siguiente: en primera persona, un observador está disfrutando de la serenidad del paisaje, contemplando especialmente el comportamiento de las truchas en el agua, hasta que un pescador irrumpe en la escena. La persona que cuenta la historia, menciona que mientras el agua se mantenga cristalina, la trucha saldrá victoriosa. Sin embargo, el hombre de la caña se impacienta al no poder dar con su presa y remueve el fondo del arroyo enturbiando las aguas con la tierra, logrando atrapar al pez con su anzuelo. El pobre animal que hace instantes nadaba sin preocupaciones cae en la trampa y muere traicionado. El observador comenta esto con tristeza y enojo ante el sometimiento de la naturaleza por la mano mezquina del hombre.
Schubert fue un compositor prolífico y hábil, a pesar de ciertas dificultades para finalizar sus composiciones. Tal es así, que una de sus obras es conocida como Sinfonía inacabada. Había nacido en Viena en 1797, fue discípulo de Antonio Salieri, y se vio opacado por la sombra de su contemporáneo: Ludwig Van Beethoven. Al parecer, el poema original de Schubart era más extenso y sombrío. Presentaba una analogía entre la situación pescador/trucha y un hombre que persigue a una mujer para poseerla. Franz Schubert decidió eliminar las estrofas escabrosas y trabajar solo con el retrato de un día de campo. Es de suponer que la música de su composición funcionaba para ilustrar la pesca de un hombre ruin, pero no acompañaba una situación de abuso sexual.
El compositor vienés vivió poco y compuso mucho, no dejó de trabajar aún en la desesperación de la enfermedad. En sus últimos días lo visitaron sus amigos músicos y pidió que tocaran para él el cuarteto para cuerdas n°14 de Beethoven, a quien admiraba profundamente. Murió mordido por la sífilis y fue enterrado muy cerca de la tumba de su ídolo. En su epitafio dice: "El arte de la música no sólo ha enterrado aquí un preciado tesoro, sino esperanzas aún más espléndidas"
Hoy en día, cada vez que un lavarropas automático Samsung concluye un programa de lavado, suena una alarma musical. En muchos foros de internet, miles de personas preguntan cómo desactivar esa melodía excesivamente larga para un aviso de electrodoméstico. Buscan soluciones en intrincadas combinaciones de teclas, ignorando el compromiso artístico que asumió nuestro buen Schubert hace mucho tiempo para componer "La trucha".
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