viernes, 24 de abril de 2020

Tiempos de reflexión

Quizá el efecto mariposa ya debería llamarse "efecto murciélago"

Y la cadena de los inodoros y mingitorios ¿así se escribe? debería jalarse a pedal

Quizá hayan sido ideas del culo que las ciudades miren a la calle, invertir en dólares y no en latas de atún, dejar que el aislamiento obligatorio te encuentre curtiendo con una compañera de oficina solo porque vive cerca, no haber comprado a tiempo una raqueta a pilas para matar mosquitos, haberle dicho gordo de mierda al encargado del edificio, aparentar que el truco me aburre para no decir que no sé jugar, no tener un perro.

Sería bueno, quizá, hacerme ver ese lunar que descubrí atrás de una tetilla, ver qué me falta y qué tengo antes de ir al chino, evitar la inercia de contestarle por audio a mi jefe sin chequear que de fondo no suenen los gemidos de un video porno en la compu.




jueves, 23 de abril de 2020

Melancólica Dignidad...



Entonando una canción, que no sabe cuál (se le volvió pegadiza la melodia) Juan camina del trabajo a su casa.
Trabajó mucho, en la fábrica de zapatos y está cansado pero esa canción que entona lo mantiene activo, tal vez feliz.
Camina y piensa lo cansado que vuelve, quiere tener tiempo y energía para otras cosas.
No lo hace sin ganas, le pone onda, le sale bien, pero no es feliz.
Todos le dicen: ¡que buen trabajo tenes! ¡lo que daría yo por tenerlo!; la pegaste vos, no cualquiera consigue trabajo en la fábrica "pirulo", ¡los mejores zapatos del mercado!
Sigue caminando y entona, no entona bien, pero en su mente le sale perfecta la canción.
La escucha una y otra vez y le sale bien, pero supone que le sale "super" bien.
Llega a la casa, acaricia al perro, abre la heladera y le tira un pedazo de carne fría que se pudrió allí.
No le queda opción, sube a la habitación, se tira en la cama emitiendo un largo suspiro y descansa un rato, esperando a su chica, que trabaja hasta más tarde...




Después de unos minutos (entonando la canción que lo mantuvo en vilo) se levanta de la cama, arma la cena y llega su pareja, la saluda y ella "le toma la oreja" ("le copa la parada" y el quiere preguntarle sobre la melodia).
Una vez que ella termina de hablar y haciéndose el comprensivo, tomandandole la mano le dice:
_Mi amor, tranquila yo estoy acá para apoyarte y acompañarte.
¿Me podes decir que canción es esta?
Y tararea.
Ella lo mira y le dice;
_No se Gordi, !no me hace acordar a nada¡
El responde:
_¡Dale! ¡Me salió bien! Ahí va de vuelta...
Y tararea.
!Ya se¡ , dice ella.
Es la propaganda(que en verdad es publicidad) de los...¡zapatos pirulo!
Juan, estupefacto, se arma un trago y se pone a pensar..
"cuánta vida dejo en el laburo"...



sábado, 18 de abril de 2020

Fin de la cuarentena

Si bien Matt había conseguido dormir una hora más de los normal en los últimos días, lidiar con la ansiedad no le era fácil y, con una hora menos estando despierto, fumaba lo mismo que antes. Llamó a su madre por teléfono a eso del mediodía, como todos los días, para ver cómo llevaba la cuarentena: preguntarle qué había comido, si sabía algo de la tía, si se le había desinflamado la pierna, si piratita seguía resfriado -¿estás segura de que no es una alergia al antipulgas?-, si esto y aquello en un orden de cuestionario que había repasado en la ducha y durante los primeros mates matutinos. En cada oportunidad su madre contestaba gustosa y extensamente a cada una de las preguntas, sabiendo que, en rigor, era ella la que estaba brindándole a él una importante asistencia al reafirmar su posición de regio y macanudo jefe de la institución familiar. Agotado el itinerario, ya aliviado Matt de la severa carga de certificar su autoridad, respondió al “y vos?” con una explicación similar a la de cada día sobre las leves modificaciones que había decidido hacer en la distribución del trabajo.

Sin tapujos, el asunto era claro: como si le hubiesen jugado una broma macabra a la medida de su naturaleza, llevaba días encerrado sin poder ir a la oficina bajo ningún pretexto y la empresa no estaba funcionando ni generando problemas significativos que requieran sus dotes de buen gerente, así que debía distribuir sus respectivas tareas de modo tal que cada día pudiera hacer meticulosamente su parte pero sin trabajar de más, porque no avizoraba peor panorama que el de agotar demasiado pronto su labor y quedarse sin nada que hacer quién sabe hasta cuándo. Había acomodado una y otra vez las carpetas de gastos en distintos órdenes de prelación, colocado índices y carátulas a los archivos, enumerado las páginas de los biblioratos, distribuido los inventarios en orden alfabético y catalogado una larga lista de etcéteras de papel. Quizá no ir por unos días a la oficina no era tan malo (intentaba convencerse); jamás podría haber logrado semejante organización debiendo lidiar con las tareas cotidianas, y así estaría mucho más a gusto al regreso. 
Claro que, ya habiendo ordenado todo, empezaría por las liquidaciones de sueldo, cosa de que el asunto quede resuelto y que cuando el Viejo preguntase por ellas pudiere decirle -ya está, Viejito; tenes todo resuelto como siempre-, emulando al menos una frase que le recordaría a los gloriosos días de trabajo previos al cautiverio del aislamiento. Sabía que el Viejo le preguntaría primero por esto porque “si estos tipos no cobran, nos prenden fuego el rancho, Matt”. Después podría terminar las planillas de registros de insumos y pensar, entre mates y Don Satur, si es mejor clasificar las facturas por fecha o por proveedor, o tal vez cerrar los balances de la primera quincena.
Antes de abocarse a lo suyo, fiel a la improfanable ceremonia rutinaria, se dispuso a hacer entrar en calor su computadora con una breve pero no banal visita a su sitio web porno favorito, para así poner manos a la obra (nunca mejor dicho) al necesario proceso de relajación. Fue entonces que recordó aquella página mencionada por sus amigos en el grupo de whatsapp, a través de la cual uno podía escribir barbaridades en vivo a una señorita mientras esta se exhibía en paños menores o se masturbaba. Había que ver de qué se trataba ese descubrimiento que tanto espamento había generado entre los muchachos.
En efecto, el sitio era bueno; contaba con varias ventanas que exhibían a distintas chicas deseosas de ofrecer gratuitamente su belleza a cualquier sujeto anónimo. En su mayoría eran grabaciones y no chats en vivo, pero eso poco importaba. Pasando revista incluso advirtió que a una de ellas la había visto ya en otros sitios web, lo que hizo que todo se tornare más familiar. Hubiera reconocido aun sin lentes a esas inconfundibles dos tetas cono incluso sin necesidad de ver el rostro angelical de su portadora, pensó, pues con la pelirroja había compartido cuantiosos encuentros virtuales en los imaginarios aposentos de su reino de fantasías provistas vía plan de 300 megas de red wifi con descuento promocional. Lo curioso aquí es que Angelica Hot Teen, cuyo nombre artístico desde ya no debía ser del todo real, era demasiado distinto al que utilizaba en otros sitios, donde se apodaba Marissa Large.
Esto no concluyó aquí: sucedió lo mismo con Juliet Toms, Alessandra Love, Joudie Pink y hasta con las chicas de seudónimo latino, como Luli Márquez y Laura García Topp. La lista se prolongaba más y más. A medida que pasaba de página, sentía que dejaba atrás ese desorden nominal sin hacer nada al respecto, como si estuviera intentando barrer con una escoba en un terreno de tierra. Entonces, animado por la revelación de un potencial pasatiempo que quizá brindaría una anécdota para sus amigos y sin dudas morigeraría su ansiedad, se encomendó a sí mismo la tarea de descargar uno a uno los videos y brindarles cierta cohesión en los archivos de su computadora. No tardó mucho en comprometerse con el proyecto; el mismo día en que emprendió la faena notó que el orden cronológico de los videos evidenciaba ciertos patrones de frecuencia característicos de cada una de las chicas. Las más profesionales filmaban unas dos veces por semana; las amateurs cada dos días, aproximadamente. Entre tantos elementos de análisis, lo más complejo, desde ya, sería determinar cómo optar por alguno de sus diversos nombres que utilizaban para así alojar a cada una en su carpeta correspondiente. 
En los días siguientes ya podía mirar con orgullo los innumerables y abultados archivos ordenados minuciosamente en su ordenador, gratificante sensación de tener frente a él el fruto de su trabajo. Eran casi las siete de la tarde cuando advirtió que no había llamado a su madre durante toda la jornada. No le fue fácil recordar si ya era jueves, viernes o sábado, ya que este nuevo trabajo web en el submundo de la cultura erótica no respeta horarios y sus demandas lo tenían prácticamente sin dormir. 
El llamado telefónico fue breve y cargado de intromisiones. -Matt, querido, me hacés preocupar!; por qué no contestas el teléfono?; hace una semana que te estoy llamando!; vos estas con una chica?; no estarás metiendo gente en su casa… ¿no?; no tendrá el coronavirus esa chica, ¿no?-. Las respuestas no pasaron del -no, mamá; estoy trabajando, mamá; estoy muy ocupado; quedate tranquila…-, estirando siempre alguna siiiilaba en la última palabra, para que quede claro que estaba sumamente ocupado, inmiscuido en cosas importantes, y que ya era hora de que lidiaran con los asuntos familiares prescindiendo de él por un tiempo.
El siguiente llamado fue recibido uno o dos días después (tal vez tres). Era el Viejo! qué gusto escuchar su voz. Que cómo había estado; que cómo estaba llevando la cuarentena; que había recibido noticias de tu mamá, Matt, sobre lo atareado que estabas con el trabajo; que no dormías por tantas responsabilidades, campeón. El viejo se disculpó por no haber advertido que había depositado semejante carga y le ofreció reasignar algunas labores, aunque sólo por cortesía ya que, sin duda alguna, no había posibilidades de que Matt delegase algo y mucho menos a su propio jefe. Me alegra que estés bien, hijo. Cualquier cosa me avisás. Un último favor, querido, porque ya nos levantan la cuarentena: por ahí se te pasó entre tantas cosas, pero no me llegaron las liquidaciones de los sueldos y si no las paso mañana… viste cómo es esto, nos incendian el rancho. Disimulando la tensión en la voz, Matt repitió el speach de siempre. -No te preocupes, viejo; está todo resuelto. Ya te mando todo. Abrazo enorme-.

Ni liquidaciones ni nada. ¿cómo que levantan la cuarentena? Tendría que hacer hoy mismo el trabajo pendiente de... ¿un mes? ¿pasó un mes, ya?; inventar alguna excusa, decir que le robaron… ¿los archivos? No, definitivamente no. Incendiar la casa! eso estaría bien. Eso sería lo ideal, pero no… concentrate, Matt; no es momento de fantasear salidas fáciles. Había que ponerse YA a trabajar. Ponerse a trabajar sin perder más tiempo. Ya son las 18 y, con ayuda del algún pretexto y un trozo de alambre con que atar los cálculos, quizá mañana tendría, bien o mal, hechas al menos las liquidaciones. Las 18… a esa hora Luli Yuss seguramente estaría publicando un video con ese chiche turquesa nuevo que se metía hasta la vesícula. También Carla Bren estaría haciendo lo suyo, sobre todo ahora que sus videos eran publicados simultáneamente en cuatro sitios web. Ni hablar de esa chica nueva que… hay que descargar eso y archivarlo. Hay que poner todo en su lugar para poder trabajar tranquilo. Sí: no se puede trabajar sin estar tranquilo. Empezaría por las páginas porno más nuevas y después por las clásicas. Después, un chequeo general en las que recopilan videos, y tal vez reordenar las carpetas de las chicas por nacionalidad, ya que este dato variaba menos que sus nombres...

viernes, 17 de abril de 2020


En el fin del mundo nadie fuma puchos
Cuántas veces hemos visto películas que vaticinan el final del mundo? Abundan en la televisión y en los servicios de streaming. Generalmente la temática es la misma: Nada sabemos del porque el mundo ha llegado a esa situación, las calles están repletas de cadáveres y banderas yanquis, el protagonista contra todas las recomendaciones saquea algún supermercado en donde está todo sumamente ordenado y finalmente, llega Estados Unidos y salva al mundo (Tal vez esta parte sea la más inverisímil de las tramas). Pero nunca los protagonistas pierden la razón por la falta de cigarrillos. Nunca dejan de clavarles picas en la cabeza a los zombis para fumarse un Gitane al grito de “Como extraño los Marlboro!”.
Hoy en plena emergencia sanitaria declarada por la OMS, se informa a los habitantes del ex Virreinato del Rio de Plata que los cigarrillos van a escasear. Que la producción se detuvo y que no hay stock para reponer. También cuentan que podrían prohibir la venta de alcohol, debido a que cada vez más seguido los ciudadanos beodos comienzan a desconocer a sus compañeros de aislamiento, lo que finaliza en riñas de todos contra todos en donde el vuelo de viseras es moneda corriente.
Mientras tanto, en la cabecera de un importante partido judicial, un analista informático de tribunales dedico su tiempo en casa para hacer una huerta. Ya compro semillas de tabaco por MercadoLibre. Hay quien dice que también planto una parra. Y los que mas lo conocen, que enterró una botella de vino en ofrenda a Baco.


Gentilicios         
En el mundo abundan las ciudades que, debido a sus similares características, se denominan hermanas. Esto surge en la Europa de la posguerra, con el fin de fomentar el contacto humano y los enlaces culturales entre territorios geográficamente distantes. Este es el caso por ejemplo de Paris y Roma, y aunque usted no lo crea, Mar del Plata y Cancún o Posadas y la Habana.
Nuestra ciudad no carece de las mismas. Como en las familias, la hermandad radica en la elección que hicieron sus respectivos fundadores al momento de bautizarlas. Mercedes fue la elección para denominar distintos territorios la pampa húmeda.
Aunque no solo sus comienzos se encuentran ligados. El desarrollo de ambas ciudades ha seguido un orden muy similar para derivar en “ciudades gemelas” en el año 2020. Pero así como una madre puede distinguir a sus hijos, los habitantes de cada ciudad saben bien que las diferencias,  por pequeñas que sean, siempre son mayores a las similitudes.
Por ejemplo, en los albores de la década del 2000, a 100 kilómetros de la Capital Federal las elecciones daban fin a la tiranía de un intendente que se había perpetrado en el poder más de 30 años y los habitantes recibían con clamor a quien le daría comienzo a una nueva prosperidad. En el centro de la provincia de San Luis algo similar sucedía: En los mismos comicios, Roberto África Bosque se imponía como intendente.
En la ciudad que decidió autoproclamarse “Villa”, abundan los apellidos como Divorciado, Urbano, Celaya o Soplaviento. Por estos pagos son más comunes los Casado, Silvestre, Zelaya o Echaire.
La llegada de un malón de inmigrantes italianos popularizo en nuestras tierras la producción de salames quinteros, llegando hasta algo impensado para aquellos que llegaron con la ilusión llena pero con los bolsillos vacíos: La fiesta Nacional del Salame Quintero, donde además de las actividades dedicadas al embutido, en el escenario abundan los shows de artistas locales. En tanto en la ciudad que dio albergue a Charles Darwin en 1833 se lleva a cabo la “Fiesta Nacional de la Calle Angosta”, donde el folklore se adueña de los parlantes y el vino gobierna la mirada de todos los asistentes.
Pero por más similitudes con pequeñas diferencias que existan, hay una que cala hondo en el orgullo de ciudadanos de ambas ciudades. En Mercedes Provincia de Buenos Aires, sus ciudadanos se denominan mercedinos. En la homónima ciudad de la provincia de San Luis, sus habitantes son mercedenses.


jueves, 16 de abril de 2020

Fútbol 5: La muerte en botines.

En nuestro país proliferan las canchas de fútbol 5: desde el espacio improvisado con arcos de cono o montoncitos de ropa en cualquier parque, plaza o vereda ancha. Hasta la cancha profesional de pasto sintético  con bolitas de caucho, pantalla cronómetro-contador y lluvia a demanda de los consumidores. Diariamente, millones de personas juegan al fútbol 5. Y sea en pequeños poblados o grandes urbes, cada tarde, las canchas de alquiler o los espacios públicos se abarrotan de aficionados.
En apariencia, divertirse entre amigos desarrollando una actividad deportiva, es sano tanto para el físico como para el espíritu. Estamos de acuerdo en que la vida es más bella y plena cuando podemos, con cierta regularidad, compartir la actividad que nos gusta con seres queridos. Y más si esa actividad es deportiva.

Sin embargo, no todo es lo que parece. Este paraíso de diversión y amistad oculta una serpiente y un fruto maldito. Los mansos animales del edén no tardarán en mutar a fieras sedientas de sangre y cartílago. Luego de observar y experimentar diversos partidos de fútbol 5, estamos en condiciones de afirmar que este juego constituye un deporte de riesgo y que su escala de peligrosidad es elevadísima.
Esta afirmación, dolorosa para muchos, sorprendente para otros, se desprende de los siguientes riesgos que a continuación enumeramos:

  • Violencia verbal
  • Violencia física
  • Lesiones comunes
  • Lesiones extraordinarias
  • Muerte
Museo Nacional de Bellas Artes

Antes de continuar con la profundización de los argumentos, debemos aportar una definición importante para la comprobación de nuestra hipótesis. Según el Dr. Villanueva "los deportes de riesgo son aquellos que presentan un peligro real o aparente para la integridad física de quienes lo practican, incluso un riesgo vital". A nuestro parecer, la definición de Villanueva queda a mitad de camino, sobre todo si pensamos que en el fútbol 5 el peligro es "aparente".

Veamos el más "inofensivo" de los inconvenientes: la violencia verbal. En un "picadito" entre amigos, lo normal es imaginar personas divirtiéndose al pasarse el balón, convertir goles, competir sanamente. Grandes sonrisas cómplices entre amigos que disputan una apacible partida de fútbol 5. Nada más lejano que este retrato a la viva realidad. Los insultos no tardan en aflorar, sobre todo entre integrantes del mismo equipo. En el 85% de los casos, la violencia verbal intraequipo surge en conjunto que recibe el primer gol. La intensidad de la primera puteada es inversamente proporcional al tiempo que el adversario demoró en convertir. Por su parte, el equipo ganador comienza a insultar al jugador que menos abre el juego, el famoso "comilón".

Como venimos viendo, el germen de la violencia física es la violencia verbal. Y el origen de toda violencia es la frustración. Pocos son los minutos que tardan los equipos en abandonar el insulto interno para abocarse a insultar lisa y llanamente al contrincante. Una vez dado este paso,comienzan las primeras patadas disimuladas de quite de balón. La frecuencia y la intensidad de las mismas, va en aumento. Lo cual suele ocasionar lesiones en tobillos, pies, tibia y peroné, tendones. Es importantísimo aclarar, que todo esto fluye naturalmente debido a la falta de árbitro. Con la excusa de que "es entre amigos", se prescinde por completo de la presencia de referí (la inexistente regulación objetiva del desarrollo lúdico deviene en el crecimiento de la violencia). Es válido aclarar que con presencia de un juez, los equipos destinan algunos insultos para este liberando y aliviando la violencia inter-equipos. Dicho de otro modo, el enemigo común contribuye a la paz del juego.

Fútbol Mustafa Mohammed patada en la cara vídeo viral Irak vs ...

Como se menciona más arriba, la violencia surge de la frustración: "querer y no poder". Todos los aficionados al fútbol 5 son consumidores de fútbol televisivo. Siguen torneos locales, extranjeros, documentales de hazañas futbolísticas, etc. Pero su pasión no se agota en la observación del encuentro. Luego miran resúmenes y compendios de fechas que no lograron ver en vivo. Y más todavía, consumen programación que mediatiza la vida privada de los jugadores. Por lo tanto, muchos aficionados caen en la triste imitación del ídolo. Acuden a las canchas con los botines de Ronaldo o el peinado de Pipo Gorosito o los tatuajes de Lavezzi. Algunos se regodean con la calva de Pontirolli o las pecas de Úbeda. La imitación estética, si bien triste y ridícula, no contribuye a la frustración, tanto como la imitación de la destreza deportiva. Porque el problema no es comprarse el calzado de Lucas Castromán, el problema es querer jugar como Lucas Castromán. Y aquí vemos que nuestro mediocre aficionado, colmado hasta la náusea de horas de fútbol televisado y videojuegos, cree que puede ganar el partido él solo. Y, al comprobar sus carencias, comienza a golpear e intentar lastimar a los demás. Lo que se figura como un desinterés total por el prójimo, no es más que un profundo odio a sí mismo. Esta violencia, produce lesiones extraordinarias: ojos morados por puñetazos o patadas, contusiones craneales, moretones en brazos y torso. O sea, lesiones que no son producto del progreso normal del juego.
Ídolos: Claudio García | Racing Club - Sitio Oficial

No obstante, ninguna de estas problemáticas es significativa comparada con la muerte. La muerte, persigue sin descanso a los jugadores de fútbol 5. La obesidad, el sedentarismo, el alcoholismo, el tabaquismo, el uso y abuso de cocaína y el estrés son parte de la cotidianeidad del jugador de fútbol 5. ¿Por qué una persona que reúne algunos de los factores mencionados se arriesgaría a entrar a la cancha? ¿No saben, acaso, que se requiere de preparación física para someter el cuerpo a determinados niveles de exigencia? Este juego se presenta como un lobo con piel de cordero. Un juego entre amigos. Pero una vez comenzado el match, la fiera muestra sus colmillos.
Incalculable es la cifra de caídos en encuentros de esta índole. El infarto es moneda corriente a lo largo y ancho de las canchas del país. Decesos instantáneos, ambulancias que no llegan a tiempo. Basta con observar los titulares de los medios de comunicación para comprender la dimensión del problema: "84 muertes súbitas en el fúbol" (La Nación, 24/5/2012); "Un hombre falleció de un infarto mientras jugaba un partido de fútbol cinco"(El cinco de Rosario, 13/8/2018); "#muertesúbita:murió jugando al fútbol 5" (Informate Salta, 20/5/2016); "Muerte en una cancha de fútbol 5" (Venado 24, 15/2/2015). Y así podríamos continuar varias páginas, cosa que no haremos en este trabajo.
El falso Caniggia: anunciaron al Pájaro y apareció jugando el Lobo ...

Las personas que se arrojan a las canchas, donde poco importan la amistad, las reglas,el entrenamiento y la preparación, exponen su vida al extremo. Son menores las posibilidades de morir efectuando un salto bungee que jugando en los mini-estadios de puppy fútbol. Entonces, si los deportes de riesgo son aquellos que ponen en peligro la integridad de quienes los practican, el fútbol 5 es, sin dudas, uno de ellos.

Hasta aquí nuestra parte. No nos moviliza la denuncia ni el vapuleo gratuito, sino la toma de consciencia. No buscamos regodearnos en la desgracia ajena, sino evitar males innecesarios. No queremos más familias destruidas por este flagelo. Si no estás en condiciones, decí:   
   
NO AL FÚTBOL 5.

Testigos en Peligro

Testigo en peligro “Es un tema muy jodido, donde muere gente clave”, aseguró en su momento con gran temor una persona que había sido amenazada en el marco de la investigación de la muerte de Junior.
Aunque uno se resista a creerlo, las evidencias van más allá de lo que uno pueda imaginar. Hay hechos objetivos que abonan el terreno en el sentido de la sospecha: más de 10 personas murieron violentamente en un lapso de tres años, mientras otras fueron amenazadas y baleadas. Todos ellos, de un modo u otro, tuvieron una estrecha participación —como testigos y como investigadores— en el episodio ocurrido aquel 15 de marzo de 1995. Veamos:
-Lorenzo Epifanio Siri: era cuidador del campo de la familia Sívori, donde cayó el helicóptero.
“(Siri) me contó que previo a la caída del helicóptero percibió tres explosiones y en seguida le pareció como que se le venía encima”, asegura Adrián Laprida que le confesó el cuidador del campo poco tiempo antes de morir.
La misma persona asegura que Siri le había dicho que “vio un montón de cosas desparramadas (...) Que entre esas cosas había una valija, sobres como de azúcar y dinero suelto. Que inmediatamente se le acercaron unas personas y le dijeron: ‘viejito, vos te mandás a mudar de acá porque sos boleta. Vos no viste nada’”.
Era demasiado tarde. El 18 de abril de 1995, Lorenzo Siri iba a encontrar su propia muerte atropellado por un auto Fiat 147, tan sólo a 500 metros de donde había caído la aeronave.
-Miguel Luckow: Perito designado por la Fuerza Aérea y primero en llegar adonde estaba el helicóptero. Le aseguró a fiscal de la causa, Amalia Sívori que “por lo que pude ver, esto no se trató de un accidente”.
Pocos días después de asegurarle a la Fiscal Sívori que para él el desplome del helicóptero no había sido producto de un accidente —el 26 de septiembre de ese mismo año—, Miguel Luckow fue asesinado a balazos en la puerta de su casa cuando estaba por ingresar con el auto en el garaje. El sumario policial indica homicidio y robo, pero a Luckow ni siquiera le robaron la billetera. La causa tramita en el Juzgado en lo Penal Nº 4 de San Isidro bajo el número 36.987.
En extraña coincidencia, el hombre que lo mató, Angel Daniel Antakle, fue muerto dos días después —el 28/09/95— sin poder llegar a brindar testimonio.
“Le hacían la vida imposible. Cuando tenía que ir a la sede de la J.I.A.A.C. para realizar su trabajo, los coches que pasaban a buscarlo llegaban siempre tarde”, confiesa hoy alguien que gozó de la confianza de Luckow.
Poco tiempo después fallecería también en extrañas circunstancias quien fuera su ayudante, el perito Félix Bonachera.
-Héctor Bassino: Comisario general de la Policía Bonaerense. Fue enviado al lugar del siniestro por el entonces jefe policial Pedro Klodczyk. Bassino, hombre de su riñón, se desempeñaba como jefe de la División Helicópteros de la fuerza y fue el primero en revisar el Bell de Carlos Menem Junior.
Quienes conocían a Bassino, aseguran que sabía mucho sobre la causa, más de lo que había declarado oficialmente. Eso le costó la vida dos años y tres meses después, en el marco de un frustrado intento de asalto en Bernal.
A pesar de que los testigos del hecho han coincidido en que al policía le dispararon “al pasar” y sin mediar palabra alguna, el juez que entendió en la causa, Jorge Falcón, la caratuló como "abuso de arma, lesiones graves y presunto intento de robo".
-Hugo Sánchez Trotta: Preso. Envió sendas cartas certificadas al entonces Presidente Menem y a Zulema Yoma asegurando tener sobrada información sobre algunos puntos de la muerte de Carlos Menem Junior y prometiendo ir a declarar al juzgado a aportar información sobre el destino de la valija con dinero e información que había en el helicóptero y sobre las investigaciones que Carlos Menem Jr. llevaba sobre temas de narcotráfico. Lo único que quería era recuperar su libertad para declarar sin miedo.
Dos días después de salir de prisión y antes de poder decir nada, fue acribillado a balazos por la policía. El sumario posterior habla de “atentado y resistencia a la autoridad seguida de muerte”.
Al no poder entrevistar a Hugo Sánchez Trotta, el Juez de la causa —Villafuerte Ruzo— citó a su hermano, Antonio Emilio, quien el 25 de febrero de 1997 declaró que lo poco que sabía era a través de su hermano fallecido. Que creía “que a Carlitos lo mataron por que molestaba al narcotráfico (…) y lo dejaron morir como a un perro”. A poco de declarar y al igual que su hermano, Antonio Sánchez Trotta también fue asesinado.
-José Luis Mancini: Perito de la División Balística y Criminalística de la Gendarmería Nacional. En Junio de 1997 dio a conocer públicamente el documento que mostraba las conclusiones a las que habían arribado los técnicos y que aseguraban de manera rotunda que existían perforaciones, deformaciones e irregularidades atribuibles a impactos de proyectiles de armas de fuego en cinco lugares diferentes del helicóptero Bell en el que viajaban Carlos Menem Junior y su amigo Silvio Oltra.
Días antes, Mancini había recibido presiones por parte de gente del Poder. “No te olvides que algún integrante de tu familia puede sufrir un accidente...”, le advirtieron por teléfono, al tiempo que le sugerían hacer desaparecer los restos del helicóptero sobre los que se iba a proceder a hacer la pericia. No aceptó.
Once días después, su hermano Emilio Eduardo, fue abordado por cuatro hombres en una esquina de Villa Centenario, en Lomas de Zamora. Uno le disparó a quemarropa a la altura del cuello y la bala que fue a dar a la espina dorsal lo dejó casi paralítico. Huyeron sin robarle nada. Luego de ser operado el 16 de julio de 1997 —una de las balas se alojó en su cabeza—, Emilio falleció.
-Jorge Artoni: ex secretario de Andrés Antonieti, secretario de Seguridad. Aseguró haber escuchado a su jefe hablar de la tercera pasajera que iba en el helicóptero de Carlitos. Denunció que a la misma la habían hecho pasar obviando el pasaje por la aduana a pedido de Menem Junior unos 15 o 20 días antes de que cayera el helicóptero.
El 2 de junio de 1997 recibió una balacera en la puerta de su casa, lo que produjo que fuera internado en completo estado de shock. Días antes le aseguraron por teléfono: "Vas a ser boleta".
-Hugo Raúl Bocolino: Camionero. Le aseguró a su esposa Beatriz que había sido testigo involuntario de cómo disparaban contra el helicóptero de Menem Junior.
El siguiente jueves, un día antes de la supuesta llegada del chofer a su hogar, Beatríz iba a recibir el peor llamado de su vida: su marido había aparecido con tiro en la cara. Poco después se iba a enterar de que habían querido armar una causa judicial diciendo que Hugo, su cónyuge, se había suicidado.
-Carlos Santander: Asaltante. Aseguró tener filmaciones de la caída de la aeronave. Fue muerto días después en un tiroteo.
-Dr. Pedro Martínez: Médico de San Nicolás. Fue asesinado a cuchilladas pocos meses después de la caída del helicóptero. Tenía uno de sus consultorios en la ciudad de Ramallo y fue el primer médico en llegar al lugar del siniestro.
-Rodolfo Cortese: Fue quien le acercó el cassette a Zulema Yoma donde se escuchan los gritos de Carlos Menem Junior antes de impactar contra el maizal. Cortese falleció de manera extraña y fue inmediatamente cremado sin autorización de su familia.
Concluyendo No son pocos los indicios que llevan a pensar que Carlitos Menem fue asesinado en el marco de una venganza personal contra su padre.
Aparte del contundente informe realizado por peritos de la Gendarmería junto a técnicos de las partes interesadas el 16 de febrero de 1995 —que demostró que en los restos del helicóptero había restos de balas (4)—, casi un mes antes de que se produjera la muerte de Carlitos Menem, el agente de Inteligencia Mario Aguilar Rizzi hizo llegar al ministerio del Interior una carta certificada —con aviso de retorno nº 8804— advirtiendo que los hijos del Presidente debían ser cuidados muy especialmente hasta después de las elecciones, porque algo grave les iba a suceder. Incluso advirtió que a Carlitos Menem lo iban a “asesinar mientras volaba en su helicóptero” (5).

miércoles, 15 de abril de 2020

KIWIS


KIWIS

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda,
aunque paguen bien, aunque sea sólo a la mañana
aunque te den la tarde libre, 
aunque se suspenda por lluvia.

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda,
porque no conozco el idioma, 
porque no tengo tatuajes maoríes
porque no me gusta el rugby

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda
no sirve fingir sonrisas en las fotos
no sirve saltar en la playa
no sirve vivir cada día como si fuera el último,

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda,
no me gusta estar lejos de casa
no me gusta no tener mi inodoro
no me gusta dejar abandonado al gato

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda
extrañaría la inflación,
extrañaría a mí psicóloga
extrañaría a todos los que no cosechan kiwis en Nueva Zelanda

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda,
soy alérgico al polen
necesito recetas médicas a menudo
no tengo la buena onda que hay que tener para cosechar kiwis en Nueva Zelanda

No quiero cosechar kiwis en Nueva Zelanda,
no quiero tener un amigo que coseche kiwis en Nueva Zelanda
no quiero hacer creer a los de la oficina que
soy feliz, mucho más feliz que ellos,
cosechando kiwis en Nueva Zelanda.



Trabajar en la cosecha del kiwi en Nueva Zelanda | sueldo, tips!

Silban los cordones cada vez que rezongo

"Silban los cordones cada vez que rezongo" decía
siempre el viejo Matt y yo nunca entendí
lo que quería decir. 
¿Sería que al agacharse a recoger los clavitos que
caían del mostrador de su ferretería
escuchaba un ruido que confundía con un silbido?
No creo porque yo pasaba horas con él y nunca
lo escuché mencionar esa frase allí.
¿Sería que al rezongar ante los repetidos errores
del servicio meteorológico, que lo empujaban a
lavar en vano su auto, sus hinchadas varices le
reventaban los zapatos y hacían chillar sus
cordones? Podría ser...aunque ya de grande
el viejo Matt seguía insistiendo con esa frase y,
al decir verdad, ya usaba solamente chancletas
o alpargatas.
Un día Osvaldo, un plomero de panza prominente
y bigote robusto, cliente de la primera
hora de la ferretería "Los Nietitos", me contó que hace años en las épocas donde el barrio
era el barrio, el corso era el corso y el fútbol era el fútbol, el entonces joven Matt se destacaba como árbitro en la liga barrial. Y que en algunas ocasiones, para evitar las expulsiones y el daño que generaban en la finanzas de la ferretería al día siguiente, antes de sacar la segunda amarilla amezaba a los jugadores con conocer el silbido de
sus cordones si no se calmaban y dejaban de protestar. 
  - Capaz es eso - dijo Osvaldo - igual yo te repito
lo de siempre, a este viejo loco no le des bola que
habla de más. Lo que sí te aseguro es que nunca
lo vi pasar de la primer amarilla.
Pese a la advertencia de Osvaldo yo le creía al
viejo Matt y además su frase era hermosa
y me mataba de intriga. La explicación del arbitraje
la adornaba pero no la explicaba,
después de todo no se entendía que era ese silbido
y de dónde venía. 
Pensé en buscar más testigos de esa época pero
me desanimó el saber que nunca expulsó a nadie
y por ende que nadie llegó a conocer el silbido de
sus cordones.
"Silban los cordones cada vez que rezongo" decía
siempre el viejo Matt. Hasta que un buen día
mientras él vaciaba el mate y yo bajaba la cortina
metálica, después de atormentarme todo el dia
con la duda lo encaré y le pregunté que quería
decir con
esa frase.
- La respuesta está silbando en el viento - me dijo
el viejo Matt
Y ese fue el día en que al fin entendí que la
gigantografía deforme que adornaba el frente
de la ferretería era la cara de Bob Dylan.

martes, 14 de abril de 2020

Sueño de marinero.



Carlos duerme por la noche.
Todos duermen por la noche, en general, pero para Carlos es especial, hace meses que no duerme bien.
Carlos duerme, ronca, babea y tiene un sueño placentero.
Sueña que corre desnudo por la playa, una playa agreste, solitaria.
Al lado una chica o por lo menos eso deduce, solo ve su perfil.
Deduce que es una chica porque le recuerda a alguien o a varias, tiene el olor de aquella pero la nariz de la otra y el pelo de la otra, en fin.
Sigue corriendo, paralelo al mar, avanza y las olas le mojan los tobillos.
Al cabo de un rato, el agua empieza a mojarle las canillas, la marea sube.
¡Se hace de noche!. El agua empieza a subir descontroladamente, se moja todo, el agua lo sacude, su cabeza golpea contra una piedra, la chica ya no está...
Su cabeza vuelve a golpear, no sabe con que, da un rodeo en la cama, está todo mojado.
Abre los ojos, todo oscuro; prende el velador, no anda; baja de la cama cucheta, se hunde en el agua y jamás vuelve a salir.

Cuadril a la Leña

El cuadril debe estar hecho con un pensamiento, que no te importe nada, asi sale mas rico.

Tiene Relleno

Es a Gusto 

Yo Joe le puse Queso, Romero, Cebolla Morada, Ajo Mucho. Morron Verde.

Lo dejas un rato a la Leña y tomas bastante Vino (No se puede tomar otra Bebida, queda mal el Cuadril)

2 HS Fuego lento Revoltosa.


lunes, 13 de abril de 2020

Acerca de la extensión de las historias.

Conversando sobre cuán extensa puede ser una serie, o una película o un libro, llegamos a la conclusión de que la historia es un renglón, lo demás es el relleno. Sin embargo, ese relleno es la magia de la historia. A continuación, les presento un ejemplo de una historia que se sintetiza en pocas palabras pero que puede extenderse hasta ser un texto considerablemente más largo. Llamaremos a esta historia:
                                     MAT EN EL ESPACIO

A)     Mat salió de noche, se emborrachó y chocó su auto.

B)     Mat salió de noche, bebió cerveza, fernet, quizás vino tinto, quizás vino blanco. No pensó en las consecuencias que esa conducta pudiese ocasionar, teniendo en cuenta que debía volver a su hogar en automóvil. Finalmente, acabó por emborracharse bien, bien borracho. Subió a su auto e increíblemente llegó a su hogar, pero chocó dentro del garaje.

C)     La noche es una acompañante siempre tentadora para aquellos que sienten, cada viernes, una ansiedad irrefrenable por salir a refrescar el garguero. Mat es así. Desde que abre los ojos siente desde adentro del pecho como una ardillita tímida que pide permiso. Con las horas, la ardillita perderá la timidez y exigirá lo que le corresponde hasta saciarse. Para terminar, el pérfido animalejo, no sabrá ni qué era lo que exigía diez horas antes. Ocurrió entonces que Mats, ansioso como estaba, arribó a un bar. Sereno al comienzo, bebió los primeros sorbos de cerveza como quien prueba la temperatura de un té caliente. Litros más tarde, ninguno de estos recaudos estarán presentes en Mats. Atiborrado de cerveza, ron, vino tinto y blanco, y hasta una copa de espumante, impactará contra la pared interna de su garaje, sumamente borracho y con un sándwich colgándole de la boca.

D)    “¡Al fin viernes!” reza una historia de instagram en la brillante pantalla del celular de Mats. Una chica sonriendo en su trabajo, agitando los brazos en loop. Él apagó su cigarrillo mañanero en la tierra seca de la maceta de la oficina. No pensó en lo vulgar de exhibir la vida en las redes. No pensó en que aún falta todo un día de trabajo. Tampoco pensó en quién juntará las colillas que acaba por acumular cada tarde en la maceta. Prendió la computadora y siguió con su labor sonámbula, abstraído, mecánico, peligroso: mucho margen de error, poco margen de acierto.
Si pudiera escapar de esta oficina, de este jefe, de estos compañeros. No volver a ver jamás el gris de la autopista colmada de autos humeantes, de colectivos llenos, de camiones destartalados. Qué espera de esta vida. ¿Necesita acaso un milagro?

No. No necesita ninguna clase de milagro. Necesita una borrachera. ¿Algo más milagroso que una borrachera? Mat no lo duda, una vez acabado el trabajo, lleva a su boca un cigarro y pisa el acelerador. Llega a un bar lejano, allí lo conocen, lo tratan bien. Bebe tímido al principio, desmesurado al final. 
Luego de una serie incalculable de vasos, se pone de pie, tambaleante. Busca en sus bolsillos las llaves del coche. Alguien advierte que está demasiado bebido para manejar, sin embargo no hace nada. Como una flecha dorada atraviesa las calles de una noche fría y azul. El viento que ingresa lo despabila y siente hambre. Frena en un kiosco y continúa viaje con un pebete agarrado en los dientes. Sube la radio, dobla esquinas, baja cambios, sube cambios. Su nave espacial deja una estela de estrellas fulgurosas por el camino. Lo saludan de planetas lejanos algunos extraterrestres que también viajan ebrios. Todo fluye entre veloz y armónico. Las galaxias inmensas lo emocionan hasta la lágrima. Logra ver, solitaria y flotante en el espacio estrellado, la entrada a la nave madre. Direcciona el volante de su objeto volador, muerde el pebete, e impacta contra la pared del garaje de su casa.







Las "Ofertas en Pandemia" y de cuando lo barato sale caro.

Hola, mi nombre es Matt, estoy viviendo la cuarentena en la Luna y no puedo volver a mi país. 
Pido encarecidamente al gobierno de Estados Unidos que me repatrie. ¡Urgente!.
No aguanto más los días fríos y oscuros en este lugar, yo sé que no tendría que haber venido pero jamás pensé que esto iba a ser tan grave. 
Salí de Washington el 16 de marzo, el viaje me salió 3 dólares pero no noté nada sospechoso al respecto. 
Voy a llamar a la estación espacial esto no da para más, disfruté hasta donde más pude este viaje pero ahora ¡ya quiero volver!
_Hola ¡estación! ¡Hola! ¿!Alguien me escucha!? 
Me quede sin comida, apenas si tengo agua. No aguanto más los cráteres ni la Soledad. 
Esta especie de estación a donde estoy no tiene ningún tipo de confort ni de entretenimiento!
_Hola Matt, buenos días, te hablo desde la estación espacial.
Entendemos la frustración que debe sentir, pero no tenemos forma de ir a buscarlo, la nave que lo dejó allí no puede volver ya que el piloto, el único que sabe manejarla en el mundo, a dado positivo en el test del covid 19. No puede salir de la casa debe esperar que le enseñemos a otro.
_¡Que inútiles!, !solo una persona sabe manejarla! Por favor ¡no tengo comida!
_Hacemos lo que podemos, nosotros no lo obligamos a viajar a la luna en el medio de una pandemia, fue desicion ¡suya!.
Respecto a la comida, puede empezar comiéndose el glúteo de su pierna menos habil...
... ...
¿Matt se encuentra ahí? ¿Matt?

Otros pensamientos de domingo

En otro pensamientos de domingo, y luego de haber visto una noticia donde contaban que una pareja heterosexual famosa había tenido su primer...